Una
niña pequeña estaba en la playa con sus dos hermanos y su mamá.
Habían ido a pasar un rato por la tarde, bañarse y merendar.
El
tiempo transcurría plácidamente para todos.
La
marea esta alta y los pequeños usaban la torta de asfalto que había
delante de las casetas, como trampolín, ya que el agua llegaba hasta
allí.
De
pronto, a la nena no se la ve por ningún lado. ¿Dónde está la
pequeña ?. Nadie se quería poner en lo peor. La madre está como
loca corriendo de un lado a otro. Los hermanos son demasiado pequeños
para comprender la gravedad del problema.
Pero
a lo lejos aparece un hombre llevando en brazos a la pequeña, que
lleva un placa colgada al cuello con el número de la caseta, gracias
a lo cual enseguida supieron a donde llevarla y todo quedó en un
susto
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